Prensa de Estados Unidos no ha confirmado origen de nuevo coronavirus en laboratorio chino

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David Bolaños
- doblecheck@ucr.ac.cr
Editor de Doble Check.

En resumen: Es falso que medios de comunicación de Estados Unidos hubieran confirmado que la primera persona infectada con el nuevo coronavirus SARS-CoV-2 trabajaba en un laboratorio de virología en la ciudad china de Wuhan.

Sitios de Internet en español y diversas cuentas en redes sociales repitieron la afirmación falsa en un formato de mensaje en cadena. El medio Televisión y Radio RN replicó la publicación en Costa Rica por desde el 17 de abril.

El mensaje en cadena afirma basarse en una columna de The Washington Post y en un artículo informativo de la televisora Fox News. Ninguno de los artículos confirma el origen del coronavirus.

The Washington Post publicó, en una pieza de opinión, que la embajada de ese país en China había advertido en el 2018 sobre deficiencias de seguridad en el Instituto de Virología de Wuhan. El columnista advirtió al principio de ese texto que no hay evidencia concluyente para afirmar que el origen de la pandemia sea ese laboratorio.

Por otro lado, Fox News publicó el 16 de abril que “múltiples fuentes” en condición de anonimato dijeron que “hay mayor confianza” de que el brote de se originó en un laboratorio de Wuhan. Las autoridades de inteligencia de Estados Unidos habían calificado esa versión como “inconclusa”, según advirtió ese medio.

La evidencia científica disponible reafirma que el origen del nuevo coronavirus –que ocasiona la enfermedad COVID-19– es natural. Hasta la fecha, no hay evidencia de que el primer contagio se dio en un laboratorio chino.

El administrador del medio Televisión y Radio RN, Marvin Rojas, respondió a Doble Check que el mensaje en cadena que publicó lo copió de un perfil anónimo de sátira costarricense. Rojas declinó responder si él verificó esa información.

¿Qué ha publicado The Washington Post?

El pasado 14 de abril, el periódico The Washington Post publicó un texto de Josh Rogin, columnista de política exterior y seguridad nacional. Su columna señala que miembros de la embajada de Estados Unidos visitaron varias veces el Instituto de Virología de Wuhan dos años antes del inicio de la pandemia por el nuevo coronavirus. La comitiva envió dos advertencias al gobierno estadounidense sobre medidas de seguridad inadecuadas en ese laboratorio, el cual estaba desarrollando investigación sobre coronavirus de murciélagos.

Dichos comunicados han generado discusiones dentro del gobierno de Estados Unidos sobre si el origen del coronavirus SARS-CoV-2 puede trazarse a esa institución en Wuhan. Sin embargo, el periódico destaca al inicio de su reportaje que no hay evidencia concluyente para confirmar que la pandemia comenzó en ese laboratorio.

Rogin tuvo acceso a uno de los dos cables diplomáticos que la embajada de Estados Unidos envió a su gobierno a inicios del 2018. Ese medio publicó una descripción de los hallazgos que se plasmaron en los comunicados oficiales. Estos cables habían sido catalogados como información sensible pero no clasificada.

Ese medio informó de que diplomáticos estadounidenses visitaron el Instituto de Virología de Wuhan entre enero y marzo del 2018. Ese centro había sido el primer laboratorio chino en alcanzar el estándar internacional más alto en seguridad para investigación biológica en el 2015. Ese centro de investigación anunció públicamente una de las últimas visitas en aquel momento.

Los cables diplomáticos de la embajada de Estados Unidos advertían sobre debilidades de seguridad y administración de ese laboratorio de Wuhan. Las comunicaciones solicitaban atención y ayuda de Washington. Rogin señala que uno de los comunicados también advertía que la investigación del laboratorio chino sobre coronavirus de murciélagos y su potencial transmisión a humanos representaba un riesgo de una pandemia por virus similares al Síndrome Respiratorio Agudo Severo (SARS).

El centro de investigación en Wuhan recibía asistencia de un laboratorio de la Universidad de Texas y de otras organizaciones estadounidenses. Los comunicados argumentaban que los Estados Unidos debían aumentar su apoyo al laboratorio chino. Esta ayuda se justificaba “sobre todo porque su investigación en coronavirus de murciélagos era importante pero también peligrosa”, recalcó The Washington Post.

Los cables diplomáticos resumían parte del trabajo del centro de investigación chino. Los comunicados indicaban que investigadores de ese laboratorio habían hallado evidencia de que coronavirus de murciélagos podían transmitirse de manera similar al SARS. “Desde una perspectiva de salud pública, esto hace que la continua vigilancia de coronavirus similares al SARS en murciélagos y el estudio de la interfaz animal-humano sean críticos para la predicción y prevención de futuros contagios de coronavirus emergentes”, recomendaba la comitiva estadounidense en los cables enviados a Washington.

Aún así, Rogin subraya que la administración del presidente Donald Trump no acató las recomendaciones de esos cables diplomáticos.

La columna en el medio estadounidense recalca el consenso científico existente sobre el origen animal del nuevo coronavirus. Rogin también subraya que no hay evidencia de que fuera creado por el ser humano. Aún así, el periódico afirma que “eso no es lo mismo que decir que no provino de ese laboratorio, que pasó años evaluando coronavirus de murciélagos en animales”.

¿Qué ha publicado Fox News?

El noticiario de la cadena estadounidense Fox News reportó el 15 de abril que “múltiples fuentes” en condición de anonimato dijeron que “hay mayor confianza de que el brote de COVID-19 se originó en un laboratorio de Wuhan, no como una arma biológica sino como parte del intento de China para demostrar que sus esfuerzos para identificar y combatir virus son iguales o mayores a los de Estados Unidos”.

Según Fox News, esas fuentes fueron informadas de las acciones del gobierno chino al inicio de la pandemia y “han visto materiales relevantes”. Dichas fuentes afirmaron creer que el primer paciente infectado por el virus trabajaba en un laboratorio y que luego se mezcló con la población general.

Esa “mayor confianza” proviene de evidencia clasificada y de documentos de dominio público, afirmaron esas fuentes a la televisora. Aún así, dichas fuentes recalcaron que dicha evidencia no es definitiva y que no debe caracterizarse como tal.

La televisora estadounidense también advirtió que “algunos dentro de la administración y en las comunidades de inteligencia y de epidemiología son más escépticos” sobre la posibilidad de que el contagio haya iniciado en un centro de investigación de Wuhan, y que “la investigación está en proceso”.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, dijo el miércoles 15 de abril en  una conferencia de prensa que su gobierno está investigando si el nuevo coronavirus emanó de un laboratorio en Wuhan.

El secretario de Estado de esa nación, Mike Pompeo, detalló únicamente en una entrevista a Fox News que “nosotros sabemos que este virus se originó en Wuhan China”. El jerarca añadió que el Instituto de Virología de esa ciudad está a unas millas de distancia del mercado de productos marinos que las autoridades chinas han identificado como el epicentro de la pandemia.

No hay evidencia de origen en laboratorio

Hasta la fecha, no hay seguridad sobre el origen específico del nuevo coronavirus que fue detectado en China. Tampoco hay evidencia de que hubiera surgido en un laboratorio.

La comunidad de inteligencia de Estados Unidos carece de evidencia concluyente hasta la fecha para confirmar que el origen del brote de contagios fue uno de los centros de investigación en Wuhan. Así lo reconoció el miércoles 16 de abril el presidente del Estado Mayor Conjunto estadounidense, el general Mark A. Milley.

Por lo contrario, la evidencia científica disponible apunta a que el nuevo coronavirus tuvo un origen en la naturaleza.

La Organización Mundial de la Salud (OMS) no ha identificado definitivamente el punto de origen geográfico específico del virus. Un informe de mediados de enero de esa institución vinculaba el primer brote con un mercado de productos marinos en la ciudad de Wuhan, en China. Las autoridades chinas marcaron preliminarmente el 31 de diciembre del 2019 como la fecha de inicio del contagio.

Posteriormente se halló que el primer caso identificado había reportado síntomas desde el 1.º de diciembre. Así lo determinó un estudio de múltiples instituciones sobre las primeras 41 personas hospitalizadas por el virus. Ese primer caso no tenía un vínculo directo con el mercado de Wuhan, al igual que otros 12 pacientes. La revista científica The Lancet publicó este informe.

A mediados de marzo, la revista científica Nature publicó un análisis de las secuencias genéticas del nuevo coronavirus para comprobar distintas teorías de conspiración que especulaban que el virus había sido creado en un laboratorio.

La investigación concluyó que el virus no había sido creado por acción humana. “Cualquiera que espere crear un virus debe trabajar con virus ya conocidos y manipularlos para tener las propiedades deseadas. Pero el virus SARS-CoV-2 tiene componentes que difieren de virus previamente conocidos, por lo que debieron venir de uno o varios virus desconocidos en la naturaleza”, afirmó la revista especializada Science News con base en esos hallazgos y en entrevistas realizadas a sus autores.

“Información genética muestra irrefutablemente que el virus SARS-CoV-2 no se deriva de ninguna estructura de virus previamente usada”, concluyó el estudio.

La investigación publicada en la revista Nature comparó el SARS-CoV-2 con otros coronavirus encontrados recientemente en la naturaleza, presentes en murciélagos y pangolines. El equipo de investigación señaló que el nuevo coronavirus parece ser una mezcla de virus de esos dos animales.

“Los virus, y sobre todo los coronavirus, a menudo intercambian genes en la naturaleza. Encontrar genes relacionados con virus de pangolín fue especialmente tranquilizador porque la composición genética de esos virus no era conocida hasta después del descubrimiento del SARS-CoV-2, haciendo improbable que alguien estuviera trabajando con ellos en un laboratorio”, afirmó uno de los investigadores a Science News.

“Similitudes del SARS-CoV-2 con virus de murciélagos y pangolines está entre la mejor evidencia de que el virus es natural. Esto fue otro derrame el virus hacia humanos”, añadió el equipo de investigación a Science News.

La investigación publicada en Nature advirtió que “aunque la evidencia muestra que el SARS-CoV-2 no es un virus manipulado a propósito, actualmente es imposible probar o refutar otras teorías sobre su origen”.

“Dado que observamos todos los rasgos notables del SARS-CoV-2, no creemos que ningún tipo de escenario basado en un laboratorio sea plausible”, concluyeron sus autores.

Aún así, dicha evidencia no refuta completamente la posibilidad de que ese salto de animales a humanos se haya dado por accidente en un laboratorio. Eso dijo a Doble Check José Molina, profesor de microbiología de la UCR y especialista en bioinformática.

“Lo que se descarta es la parte evolutiva, pues ya se sabe que estaba en animales. Pero nosotros no sabríamos discernir con esa información el lugar donde ocurrió [el contagio de animal a humano], señaló Molina.

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