Exdefensora de los Habitantes difunde falsedades sobre vacuna contra el papiloma humano

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David Bolaños
- doblecheck@ucr.ac.cr
Editor de Doble Check.

En resumen: La médica Lisbeth Quesada, quien fue Defensora de los Habitantes del 2005 al 2009, presentó datos falsos, desactualizados o sin base científica para oponerse a la vacunación contra el virus del papiloma humano (VPH).

Quesada fue invitada el lunes 25 de junio al programa Personal y de Cerca del comunicador Fabián Zolo, el cual tiene más de 57.000 seguidores en Facebook. Allí se propuso un debate sobre esa vacuna que se aplica en Costa Rica a niñas de 10 años desde junio como parte del cuadro básico de inmunizaciones.

La médica afirmó que:

  • En el futuro se demostrará que la vacuna no tiene efecto sobre el cáncer de cérvix.
  • La vacuna protege solo por cinco años.
  • Hubo 352 muertes ligadas a la vacuna notificadas a la Agencia Europea de Medicamentos.
  • En Estados Unidos se han reportado voluntariamente 37 muertes ligadas a la vacuna.
  • Japón encontró efectos importantes en la vacuna y por ello dejó de recomendarla.
  • Los fabricantes de vacunas son los principales donantes de la OMS.

Todas estas afirmaciones son falsas.

 

Doble Check intentó conversar telefónicamente con Lisbeth Quesada el viernes anterior pero no se obtuvo respuesta oportuna.

“En algún momento la evidencia servirá para demostrar que esta vacuna no tiene absolutamente ningún efecto sobre el cáncer del cuello del útero y [sí] muchos efectos secundarios”

La exdefensora de los habitantes leyó la opinión de otro médico sobre la vacuna contra el virus del papiloma humano.

Aunque la frase hace un pronóstico a futuro, los datos disponibles actualmente prueban que la vacuna sí puede tener un efecto en las incidencias del virus y de posibles cánceres.

La revista científica The Lancet publicó los resultado de un metanálisis el 26 de junio. Un metanálisis es un estudio estadístico de un conjunto de estudios; es decir, es un “estudio de estudios”. La publicación demostró que la vacunación ha propiciado reducciones significativas en la prevalencia de los tipos de virus más riesgosos. También ha promovido la disminución de lesiones precursoras de cáncer en el cuello uterino.

Dicho metanálisis se basó en los datos de 60 millones de personas y casi una década de seguimientos realizados en 65 investigaciones destacadas entre miles por la consistencia de su metodología. Ese proceso estuvo a cargo del Grupo de Estudio de Impacto de la Vacunación contra VPH, órgano adscrito a la OMS.

Esa investigación determinó que la prevalencia de los tipos de VPH más riesgosos (16 y 18, que cubren todas las vacunas) disminuyó 83% en niñas y jóvenes de 13 a 19 años de edad. Entre mujeres de 20 a 24 años, la disminución de esos tipos del virus ha sido de 66% desde la implementación de la vacuna.

Por otro lado, la prevalencia de los tipos 31, 33 y 45 del virus (que solo cubren algunas versiones de la vacuna) disminuyó 54% en niñas y jóvenes de 13 a 19 años.

Después de años de vacunación, el diagnóstico de lesiones cervicales moderadas (CIN+2), que pueden convertirse en cáncer, se redujo 51% entre los 15 y 19 años de edad, y 31% en mujeres de 20 a 24 años.

El metanálisis también muestra disminuciones de 67% y 54% en los diagnósticos de verrugas ano-genitales en esos grupos de edad respectivamente.

“Tenemos en las manos una vacuna que protege por cinco años”

La afirmación de la exdefensora Quesada es falsa según la evidencia científica disponible.

Desde el 2006, se han implementado vacunas para prevenir los tipos de VPH de mayor riesgo. A la fecha, en el mundo se han aplicado más de 270 millones de esas inoculaciones.

Aunque su implementación es reciente en comparación a otras vacunas, estudios clínicos ya han probado la eficacia de la inoculación a diez años desde su aplicación.

Uno de esos estudios clínicos mantiene un seguimiento a largo plazo de las miles de mujeres que fueron vacunadas en la provincia de Guanacaste  para probar la eficancia de las dosis que se aplican ahora con el cuadro nacional de inmunizaciones.

“352 muertes por la vacuna del papiloma humano notificadas ante la Agencia Europea de Medicamentos. Y los estoy notificando como exdefensora de los habitantes de la República”

La acusación hecha por la exdefensora Quesada ha sido revisada y desmentida por instituciones rectoras de salud pública como la Agencia Europea de Medicamentos (EMA), el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades de Estados Unidos (CDC) y por el Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas de la Organización Mundial de la Salud (OMS).

La afirmación de la exdefensora de los habitantes se basa en la publicación de un blog perteneciente a un comunicador español, la cual fue hecha en el 2015. Quesada facilitó una impresión de la nota al resto de invitados en el debate.

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Impresión que facilitó Lisbeth Quesada durante el debate del pasado lunes en el programa de Fabián Zolo

Dicha nota carece de detalle alguno sobre las muertes que achaca a la vacuna. Tampoco aporta evidencia que sustente la presunta relación de causalidad entre la inoculación contra el virus del papiloma y los decesos.

Así, la exdefensora Quesada asume erróneamente que los reportes comprueban por sí solos que los decesos fueron causados por la vacuna.

La publicación citada por Quesada solo menciona que “el Comité para la Evaluación de Riesgos en Farmacovigilancia europeo está estudiando dos graves reacciones adversas a la vacuna: el síndrome de dolor regional complejo y el síndrome de taquicardia postural ortostática”.

Sin embargo, el blog citado por Quesada está desactualizado.  La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) confirmó en el 2015 que la evidencia analizada por esas instituciones no sostiene que las vacunas contra el papiloma humano ocasionen esas afecciones. Esa garantía también ha sido ratificada por investigaciones de la CDC en Estados Unidos.

Revisiones posteriores de la Agencia Europea de Medicamentos no han hallado preocupaciones sobre la seguridad de la inoculación contra el papiloma humano.

Por medio de la revisión de literatura científica, el Comité Consultivo Mundial sobre Seguridad de las Vacunas de la OMS también ha descartado asociaciones de la inoculación contra VPH con enfermedades nerviosas e inmunológicas, síndromes como Guillain-Barré, fallas cardiovasculares o la muerte, entre otras.

Estudios en miles de mujeres también han descartado que la vacunación ocasione problemas obstétricos, anormalidades en el embarazo, en el parto o en el feto. Una de esas investigaciones, precisamente, analizó datos de miles de mujeres en Costa Rica, con el mismo resultado. Dichos análisis también pasaron por la revisión y aprobación posterior de la OMS.

La publicación presentada por Quesada, además, había sido refutado en enero por el equipo español de verficadores de datos Maldito Bulo.

“Solamente en Estados Unidos, reportado voluntariamente, hay 37 casos de muerte por la vacuna del virus del papiloma humano”

Quesada no aportó la fuente de esa afirmación sobre Estados Unidos. Sin embargo, la cifra es similar al de una noticia falsa que se difundió hace más de una década en ese país.

En el 2009, en Estados Unidos se difundió falsamente que 32 mujeres habían muerto debido a la vacuna contra el virus del papiloma humano. Así lo  reportó Snopes, proyecto de verificación de datos de esa nación.

La fuente de esa noticia falsa era un sistema gubernamental donde las personas pueden registrar presuntos efectos después de vacunarse, llamado VAERS por sus siglas en inglés. En ese entonces, en el VAERS había 32 reportes de mujeres que murieron luego de haberse vacunado contra el VPH.

“Esto no significa que la vacuna haya causado la muerte; solo que la muerte ocurrió después de que obtuvo la vacunación”, explica el Centro para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC en inglés), órgano rector de salud de Estados Unidos.

No hay manera de atribuirle una enfermedad a una vacuna solo por el hecho de que la afección se presentó después de su aplicación. El VAERS recopila las denuncias en bruto, pero estas deben ser analizadas y comparadas para determinar una relación directa.

Incluso, la CDC reconoció que algunos de los 117 reportes presentados en el VAERS del 2006 al 2015 carecían de información básica para verificar que si las muertes realmente habían sucedido.

“Después de la revisión cuidadosa de cada reporte de muerte que ha ocurrido después de la vacunación de Gardasil, CDC concluyó que no había ningún patrón de la muerte respecto al tiempo de vacunación, y que no había un número consistente de dosis o de combinación de vacunas entre los reportes”, expone la CDC en su plataforma de seguridad sobre esa vacuna.

“En resumen, la evidencia no sugiere un enlace causal entre Gardasil y las muertes reportadas”, aclara esa institución.

La conclusión de la CDC fue reafirmada el año pasado por otra investigación independiente —publicada en la revista Vaccine— sobre los datos del VAERS del 2009 al 2015. Ese reporte también concluye que no hay un patrón que asocie las muertes por el tipo de diagnóstico, comorbilidad, edad o por el intervalo desde la vacunación hasta la muerte.

“Japón dejó de recomendar la vacuna. ¿Por qué Japón dejó de recomendar la vacuna? Por los efectos tan importantes que Japón encontró en la vacuna”

Esa afirmación también es falsa.

A inicios del 2013, el sistema de salud pública de Japón comenzó un programa de inoculación contra el papiloma, debido al aumento en la incidencia de cáncer de cérvix en ese país.

Sin embargo, meses después, la prensa japonesa comenzó a difundir acusaciones de problemas de movilidad y otras enfermedades en niñas y mujeres debido a dicha vacuna. El gobierno japonés cedió ante la presión mediática y suspendió su campaña de rutinas de vacunación.

El Estado japonés no decretó ni reconoció la veracidad de esas acusaciones. Lo que sí hizo fue abstenerse de promocionar activamente la vacunación “hasta que información apropiada sobre la vacuna del VPH sea facilitada al público”.

Ese cambio en la política japonesa careció de una revisión sistemática de causalidad en las denuncias, y se dio sin la presentación de evidencia científica adecuada. Así lo han señalado estudios sobre los efectos posteriores de esa decisión en la salud pública.

En el 2014, el comité a cargo del análisis de reacciones adversas por vacunas de Japón concluyó que no había evidencia para sugerir una asociación causal entre la vacuna contra el papiloma y los eventos reportados en esa nación un año antes. Aún así, el gobierno japonés no reinstauró la recomendación proactiva de la vacuna.

Aunque Japón detuvo su campaña de vacunación desde el 2013, la vacuna sí es aplicada por el Estado a quienes la soliciten.

Sobre Japón, la OMS advirtió que “las decisiones políticas basadas en evidencia débil, que llevan al desuso de vacunas seguras y efectivas, pueden resultar en un daño real”.

En marzo pasado, la médica y activista argentina Chinda Brandolino hizo un señalamiento similar al de Lisbeth Quesada sobre la vacunación en Japón. Doble Check desmintió la afirmación de Brandolino en ese entonces.

“Vieran que yo me puse a investigar: ¿ustedes saben quiénes son los mayores benefactores en términos de dinero que recibe la OMS en Ginebra? Las casas farmacéuticas. ¿Y sabe cuáles son esas dos casas farmacéuticas? Merck Sharp and Dohme y Sanofi. Son los que más dinero le dan para que funcione”

Esta afirmación de la doctora Quesada también es falsa.

Los registros de financiamiento de la Organización Mundial de la Salud (OMS) para el periodo 2018-2019 muestran que las constribuciones de las empresas farmacéuticas Merck Sharp and Dohme y Sanofi (productoras de la vacuna Gardasil) representan 0,1% y 0,23% del presupuesto total de esa institución, respectivamente.

Los registros financieros de la OMS señalan que los recursos facilitados por esas compañías fueron voluntarios y con el fin específico de apoyar principalmente los programas de Preparación de Influenza Pandémica y de Enfermedades Tropicales Desatendidas.

Merck Sharp and Dohme también aparece en la lista de donaciones en especie a la OMS, con el equivalente a $6,8 millones en equipo y material médico en 2018-2019.

Para ese periodo, el presupuesto de la OMS supera los $5.920 millones. El principal contribuyente de esos recursos es el gobierno de los Estados Unidos, con más de 15% del total.

Ese aporte es seguido por contribuciones de la Fundación de Bill y Melinda Gates (12%), que son empleados mayormente en el programa de erradicación de polio.

Otros de los mayores contribuyentes al funcionamiento de la OMS son el Reino Unido, Alemania, Japón, la Comisión Europea y la Alianza GAVI, organización compuesta mayoritariamente por aportes de diversos Estados para el acceso mundial a las vacunas.

Puede revisar el detalle de los presupuestos de la OMS en este portal interactivo de la institución.

La vacuna contra el cáncer de cérvix

Hay distintos tipos de virus del papiloma humano, los cuales pueden ocasionar verrugas genitales o lesiones en el cuello uterino, y eventualente, esas lesiones cervicales pueden convertirse en un cáncer.

Precisamente, la Organización Mundial de la Salud (OMS) registra que el cáncer de cérvix es el el cuarto más común que afecta a mujeres en el mundo. La versión de la vacuna que comenzó a aplicar el sistema de salud costarricense, llamada Gardasil, previene los tipos de papiloma humano con mayor propensión de generar ese tipo de cáncer.

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